Los trabajadores de una obra de abanderamiento en San Diego, California, vivieron una horrible tragedia cuando uno de sus compañeros murió y otro resultó gravemente herido tras aceptar una botella de agua de un desconocido.
Los obreros estaban respondiendo a las altas temperaturas, y el desconocido que pasaba por el lugar de trabajo les ofreció agua embotellada. Por desgracia, las botellas de agua contenían fentanilo, un potente analgésico opiáceo sintético. Apenas unos minutos después de ingerir el agua, destinada a salvarles de un golpe de calor, empezaron a mostrar síntomas de angustia.
Este incidente pone de manifiesto el elevado riesgo de aceptar regalos de extraños, una lección que todos los trabajadores deben tener muy en cuenta. Deben adoptarse protocolos de seguridad en torno a este comportamiento para evitar que vuelva a ocurrir.
Aunque la seguridad física de los trabajadores es de suma importancia, la salud mental también es motivo de preocupación. Trabajar con un calor intenso puede provocar un agotamiento extremo, y el gesto de amabilidad del desconocido puede haber sido demasiado tentador para que los trabajadores lo dejaran pasar.
Corresponde a los empresarios inculcar protocolos de seguridad que protejan a sus trabajadores. Proporcionar una cantidad adecuada de agua y opciones de sombra es un buen punto de partida para garantizar el bienestar de los empleados. Además, es fundamental advertir al personal de los peligros inherentes a aceptar regalos de extraños.
Es una triste tragedia para la familia y los amigos del fallecido, y un recordatorio y advertencia a los trabajadores de cualquier lugar para que sean conscientes de los riesgos de aceptar regalos de desconocidos.