Recientemente, una inesperada situación se desató tras un mitin de Donald Trump en Coachella, California, donde cientos de sus seguidores quedaron varados en medio del desierto. Según informes, la campaña de Trump contrató una empresa de autobuses para llevar a sus simpatizantes al evento, pero el regreso nunca se materializó. Los problemas comenzaron cuando la empresa de autobuses se negó a realizar el viaje de regreso, alegando que su equipo no había recibido el pago por adelantado, a pesar de las repetidas solicitudes de la compañía.
Esta practica de la campaña Trump y también del mismo ex-mandatario Donald Trump de negarse a pagar por un servicio esta ampliamente documentada. Trump se ha incluso negado a pagarle a una famosa empresaria de Shark Tank, y desde el 2016 se sabe de su incumplimiento de pagos para proveedores de servicio.
Al parecer, los asistentes al mitin tuvieron que caminar hasta cinco millas para alcanzar sus vehículos, una travesía que la mayoría no había anticipado. Un tuitero expresó la frustración de muchos al comparar la situación con un abandono: “Trump carece de aprecio por sus votantes; los abandonó en Coachella”.
‼️NOW CONFIRMED: The bus company booked by the Trump campaign for his Coachella rally refused to return to collect the stranded attendees after Team Trump ignored their repeated requests for payment.
— Jon Cooper 🇺🇸 (@joncoopertweets) October 14, 2024
Is ANYBODY surprised Trump screwed his supporters? 🤷🏼♂️ pic.twitter.com/oIhTYjbqdI
Este sentimiento fue compartido ampliamente en las redes sociales, donde los usuarios comenzaron a burlarse de la situación, haciendo comentarios que reflejaban no solo la decepción, sino también la indignación hacia el ex presidente.
La narrativa de que Trump es “demasiado tacaño” se apoderó de internet, con múltiples personas publicando chistes sobre cómo había “estafado” a sus propios seguidores. Un usuario incluso comentó: “¿Trump no pagó la cuenta? Parece que no se preocupa por sus propios seguidores”. Al mismo tiempo, algunos de sus leales seguían defendiendo al ex presidente, buscando excusas para explicar lo ocurrido.
Los problemas no solo se limitaron a la falta de transporte; también se reportaron incidentes de seguridad, incluyendo un intento de asesinato que fue frustrado en el evento. A pesar de las preocupaciones de seguridad y la logística fallida, muchos seguidores de Trump continuaban expresando su apoyo incondicional, aunque algunos comenzaron a cuestionar su efectividad como líder y organizador.
La situación en Coachella resalta no solo la falta de consideración hacia los seguidores, sino también la escasa atención que ha mostrado la campaña hacia los detalles logísticos que pueden tener graves consecuencias para quienes deciden respaldarlo. Uno de los mensajes más impactantes en línea reflejaba la desilusión de los que habían caminado en la penumbra: “Nadie debería quedar varado en el desierto por quien votan”.
Aunque algunos permanecen fieles, la experiencia en Coachella probablemente deje una marca indeleble en la lealtad de un sector de sus seguidores y podría influir en su futuro soporte electoral. La combinación de risas y lamentos en las redes sociales ilustra el alcance de la insatisfacción y plantea un escenario complicado para la campaña de Trump mientras se acerca la temporada electoral.