
El país mediterráneo de Libia se enfrenta a una grave crisis humanitaria tras el paso del ciclón Daniel. La tormenta golpeó la costa nororiental con fuerza catastrófica, dejando miles de muertos y desaparecidos y una vasta destrucción a su paso. Con un vertido de 33 millones de litros de agua que arrasó zonas residenciales enteras, puentes desbordados y carreteras arrasadas, se necesita ayuda urgente para asistir al pueblo libio en estos momentos de angustia.
La fuerza del ciclón ha trastornado muchas vidas, con ciudades y pueblos enteros sumergidos y un balance de más de 6.500 muertos. Representantes del gobierno libio han informado de fosas comunes, con cadáveres apilados a las puertas de hospitales desbordados. Además de la tragedia, la persistente guerra civil en la región también ha afectado a la población, agravando los problemas y haciéndola aún más vulnerable a la fuerza destructiva de la tormenta.
Tras la catástrofe, los representantes del gobierno libio, encabezados por el jefe del Consejo Presidencial, Mohamed al Manfi, están pidiendo ayuda exterior a la comunidad internacional. El Gobierno de Unidad Nacional ya ha asignado fondos para la reconstrucción de Bengasi y Derna, así como 96 millones de euros para las víctimas en las zonas siniestradas.
En respuesta, la ayuda internacional ya está en camino, con Italia y España enviando asistencia médica y equipos forenses, mientras que Total de Francia y Eni de Italia han ofrecido aviones al gobierno de Bengasi.
En los próximos días y semanas se conocerá el alcance total de los daños causados por el ciclón Daniel y su impacto en la población libia. Mientras la crisis humanitaria se cobra su precio, el pueblo libio necesita ayuda desesperadamente y no puede soportar solo la carga de esta tragedia.
Con información de EFE