Aline Espinosa Gutiérrez | CIMAC Noticias
Miércoles 19 de mayo de 2021
Ciudad de México. La pandemia por COVID-19 aumentó las brechas a las que se enfrentaban las mujeres mexicanas para poder acceder a los servicios de salud o a un aborto seguro, de tener un trabajo y salario digno y de no sufrir violencia de género, ya que de manera histórica su gobierno ha tenido una repuesta deficiente ante estas problemáticas, lo que conlleva a que su vida y bienestar esté en mayor riesgo.
Así lo confirmaron la coordinadora en el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB), Indra Rubio; la subdirectora del Grupo de Información Elegida (GIRE) Isabel Fulda; la coordinadora de datos en “México, ¿cómo vamos?”, Katia Guzmán; y la oficial de proyecto en “Equis Justicia”, Geras Contreras, durante la presentación del informe “Nos Cayó el 20” con el fin de brindar un diagnóstico del impacto diferenciado hacia las mujeres que dejó la pandemia.
Este informe, explicaron, es resultado del trabajo colaborativo de distintas organizaciones civiles que integran el “Observatorio Género y Covid-19 en México” y trata 3 ejes: salud, bienestar y violencia para exponer cómo estos contextos de las mujeres se han agravado con la pandemia y con ello proponer una serie de recomendaciones y así mejorar la atención inmediata.
Al presentar este informe, revelaron que la pandemia ha tenido impactos graves, en lo laboral, 5.8 por ciento de las personas perdieron su empleo, de estas 7.9 por ciento fueron mujeres y 4.4 por ciento fueron hombres, es decir las mujeres que laboran disminuyeron casi el doble que los hombres, sin embargo el trabajo de cuidados aumentó para ellas.
Si antes ellas destinaban hasta 40 horas sin pago, es decir una jornada laboral, al cuidado de sus hijas e hijos, casa y demás, esta cifra incrementó con la pandemia debido a que no existe un sistema nacional e integral en esta materia, en consecuencia, se sumó una doble jornada para las mujeres que teletrabajan y las que se quedaron sin empleo no tuvieron posibilidad de salir a buscar uno.
Lo anterior, añadieron, impactó la salud, el bienestar y el tiempo de disfrute de las mujeres. Afectaciones que pueden ser más graves para las trabajadoras del hogar, ya que la precariedad en la que ejercían su labor aumentó, algunas fueron despedidas sin justificación, otras obligadas a pasar el confinamiento en la casa de sus empleados para conservar su trabajo, y otras no pudieron acceder a servicios de salud en la pandemia por no estar afiliadas a la seguridad social.
Datos citados por el estudio registraron que al primer trimestre de 2020, en México había 2 millones 394 mil 69 personas ocupadas como trabajadoras del hogar remuneradas, de ellas casi 2 millones 200 mil eran mujeres, lo que equivale al 91.6 por ciento del total y el resto eran hombres.
Para el tercer trimestre del mismo año, se observó una disminución del 18.1 por ciento, es decir sólo un 1 millón 195 mil 149 de personas continuaron como trabajadoras del hogar remuneradas. Las trabajadoras del hogar remuneradas disminuyeron 20.8 por ciento mientras que los hombres sólo un 10.9 por ciento.
En suma, detallaron que 1 de cada 10 trabajadoras del hogar cuenta con un contrato, seguridad social y ganan alrededor de 3 mil pesos mensuales. “Sabemos que el gobierno desde 2019, contamos con el programa piloto del IMSS, en el cual se puede incorporar por ahora voluntariamente a las trabajadoras del hogar, sin embargo a octubre de 2020, sólo había 27 mil trabajadoras del hogar inscritas, esto ni siquiera representa una parte de este sector, dijo la coordinadora en el LSB, Indra Rubio.
Frente a este contexto, exigieron a las autoridades mexicanas que se reconozcan las tareas del hogar y del cuidado de la familia como un trabajo; desarrollen una coordinación interinstitucional para la creación de un padrón de trabajadoras del hogar; sigan avanzando en la agenda en términos de cuidado; y que la Secretaría de Educación Pública emplee estrategias que garanticen el acceso a la educación a todas las personas.
Sin opciones de lugares seguros
La violencia hacia las mujeres, en particular la feminicida y familiar, aumentó en pandemia. En todo 2020, dijeron, hubo incremento del asesinato de mujeres con armas de fuego en la vía pública mientras que en los primeros meses del confinamiento, registraron 11 asesinatos al día de mujeres, la mayoría de ellas menores de 18 años, de los cuales sólo 25.8 por ciento se están investigando como casos de feminicidio.
De acuerdo con el informe, en los meses siguientes de 2020, se distinguió un número ligeramente menor de casos: con 306 asesinatos de mujeres en mayo, 309 en junio, 311 en julio y 300 en agosto, sin embargo, en septiembre las cifras volvieron a incrementar: 324 asesinatos, es decir un promedio de 10.8 al día.
Agregaron que en lo que va de la pandemia, la casa tampoco fue un espacio seguro para todas las mujeres. Durante marzo y abril de 2020, incrementaron las llamadas de auxilio al 911 por violencia familiar, en comparación del 2019, y la incidencia de este tipo de violencia aumentó un 8 por ciento.
Pese a este panorama, la atención se mantuvo de manera digitalizada o se detuvo en algunas instituciones creadas para atender este problema, aunque esta decisión no consideró la brecha digital que existe en México y que no todas las mujeres tienen acceso a internet, además que este tipo de violencia debe ser atendida de manera inmediata. A ello se sumó el recorte al presupuesto para programas de atención para mujeres que sufren violencias o para las instituciones encargadas de brindarles servicios.
Comentaron que en resultado, organizaciones civiles que apoyan a estas mujeres han iniciado campañas para visibilizar cómo estos recortes afectarían la protección de la vida de las mexicanas. Ante ello, exigieron que se desarrolle una vigilancia a la distribución de los recursos y que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública fortalezca sus datos de violencia contra las mujeres.
Además, demandaron que la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres desarrolle mesas de diálogo y vigile las Alertas de Género y que las instituciones y los centros de atención de violencia contra las mujeres integren medidas de atención efectivas para ellas.
Más crisis en la salud
Las brechas que ya existían para acceder al aborto seguro en México se profundizaron con la pandemia porque disminuyeron los hospitales donde las mujeres pudieron atenderse o porque temían contagiarse de ir a uno. Redes y organizaciones de la sociedad están llenando los vacíos del Estado en esta materia.
Además de este servicio también se limitaron los tratamientos de infecciones de transmisión sexual, el acceso a medicamentos anticonceptivos, entre otros que afectaron en particular a las indígenas, afromexicanas, privadas de la libertad, que padecen una discapacidad y migrantes, las cuales enfrentaron más discriminación a la hora de querer ejercer su derecho a la salud.
El informe señala que debido a la pandemia, la muerte materna incrementó un 30 por ciento mientras que el Consejo Nacional de Población estimó que durante 2020 habría 145 mil 719 embarazos, de los cuales 21 mil 575 serían en adolescentes y niñas.
Exigieron a las autoridades mexicanas que se atiendan los problemas y priorice la vacunación para las mujeres privadas de libertad, se difundan campañas bajo un marco de Derechos Humanos sobre anticonceptivos, garantice el acceso de las mujeres al aborto seguro y despenalice la interrupción legal del embarazo en todo México.
También demandaron que se generen mensajes con información específica para la atención de mujeres que viven con VIH y están embarazadas, desarrollen medidas de prevención, protección sanitaria o ayuda humanitaria dirigidas a la población migrante y a las mujeres en situación de calle, entre otras más acciones.
21/AEG/LGL
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Espinosa Gutiérrez, A. (2021). Impactos de la pandemia repercutieron en salud y violencia contra mujeres. CIMAC Noticias. Recuperado el 19 de mayo de 2021 de: https://cimacnoticias.com.mx/2021/05/19/impactos-de-la-pandemia-repercutieron-en-salud-y-violencia-contra-mujeres