En 1994 Mario Aburto Martínez confesó al asesinato del excandidato presidencial Luis Donaldo Colosio. Este 23 de marzo se cumplieron 30 años desde el acontecimiento. Por ello la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de México propuso un proyecto que solicita la reducción de su sentencia de 45 años. Así mismo, hay otro proceso legal en espera de ser aprobado: la petición de asilo de Sergio, un ex policía quien tuvo el infortunio de trabajar al lado de Matínez el día del magnicidio.
Sergio trabajaba en las oficinas de la policía municipal de Tijuana. Durante su primer año en servicio conoció al jefe de la policía judicial, Rodolfo Rivapalacio. Sergio fue comisionado para espiar políticos del PAN, en especial al candidato Ernesto Ruffo y todos los que apoyaran su partido. Incluso, en las elecciones del 2 de julio de 1989 le encargaron robar urnas. Todo sin remuneración correspondiente a la cantidad de misiones asignadas.
En marzo de 1994 Rivapalacio buscó a Sergio para invitarlo a hacer parte de una compañía que quería crear. Esta se encargaría de brindar seguridad privada para la protección de funcionarios del PRI. El joven policía aceptó la oferta por interés económico. Fue entonces que lo pusieron a prueba junto con otros 6 hombres (aprox.) para comprobar su manejo de armas de fuego. En su momento no conocía a ninguno de sus compañeros, pero hoy afirma que uno de ellos era Mario Aburto Martínez.
“Era una persona muy normal, de verdad, pero como los gatos viejos, callado, observando, siempre estaba obedeciendo y aprendiendo lo que tenía que hacer”.
Sergio en entrevista con Milenio
Debido a este segundo trabajo fue que Sergio participó en el operativo de seguridad del mitin político del 23 de marzo de 1994 junto a Martínez. Para Sergio el propósito era mantener el orden y asegurar a los políticos, pero después de unos minutos presenció el caos a causa del disparo de una pistola 38 que ocasionaría la muerte del candidato Luis Donaldo Colosio. Fue gracias a los gritos y la visión de Aburto chorreando sangre por la linchada, que comprendió el atentado que cometió su compañero.
Tras una investigación de lo sucedido, el ex ministro Miguel Montes sospechaba que Rivapalacio creó un grupo antipanista para asesinar al candidato, pero como fachada contrató a ciertas personas para cuidar a los funcionarios del PRI. Durante el proceso Sergio fue interrogado por la justicia y juzgado por sus jefes, quienes le había recomendado desde un principio no involucrarse con el grupo de Rivapalacio.
A raíz de su presencia en el magnicidio, posteriormente en 1995 Sergio sería víctima de dos atentados con intenciones de asesinarlo. Frente a ello decidió mudarse a Guanajuato, pero consideraba el peligro aun muy inminente. En 1999 se muda a Estados Unidos, y es hasta 2022 que interpone una petición de asilo. Esta no ha sido aprobada y sigue en proceso de investigación para ser concedida.