El domingo 22 de octubre, los pasajeros del vuelo 2059 de Alaska Airlines con origen en Everett (Washington) y destino en San Francisco (California) vivieron una experiencia aterradora cuando un piloto fuera de servicio intentó apagar los motores en pleno vuelo. El impensable acto de sabotaje se evitó gracias a la rápida actuación de la tripulación del avión, pero ha dejado al sector de la aviación preocupado por la seguridad.
El responsable, identificado como capitán Joseph Emerson, se enfrenta ahora a 83 cargos de tentativa de asesinato por su intento de interrumpir el funcionamiento de los motores. El incidente, que está siendo investigado por las autoridades policiales, entre ellas el FBI y el Departamento de Policía del puerto de Portland, fue considerado una amenaza creíble para la seguridad por la compañía aérea.
A medida que se van desvelando los detalles de este inquietante acto, el sector de la aviación debe reevaluar y reforzar sus protocolos de seguridad para evitar que en el futuro se produzcan amenazas tan graves. La seguridad de los pasajeros debe seguir siendo siempre la máxima prioridad, y cualquier laguna en el sistema debe abordarse y rectificarse.
With information from Telemundo