El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, invocará una ley promulgada en 1798 que permite al mandatario ordenar la detención o expulsión inmediata de extranjeros considerados como amenaza, con el fin de agilizar las deportaciones masivas en el país.
De acuerdo con diversos medios locales que citan fuentes cercanas al gobierno estadounidense, Trump recurriría este viernes a la llamada Ley de Enemigos Extranjeros, la cual posibilita deportar a migrantes sin la necesidad de realizar audiencias judiciales previas.
Asimismo, fuentes cercanas a la administración presidencial señalan que esta medida ya había sido discutida anteriormente dentro del gobierno de Trump. Incluso el mandatario hizo referencia explícita a esta ley durante su campaña electoral, en la cual la inmigración fue un tema central.
Al respecto, durante su discurso de posesión el pasado 20 de enero, Trump afirmó:
“Al invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 ordenaré a nuestro gobierno que utilice el pleno e inmenso poder de la aplicación de la ley federal y estatal para eliminar la presencia de todas las pandillas extranjeras y redes criminales que traen crímenes devastadores a suelo estadounidense”.
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Como resultado, esta ley podría afectar no solo a migrantes procedentes de la frontera sur con México, sino también a extranjeros de otras nacionalidades residentes en territorio estadounidense. Es el caso del ciudadano palestino Mahmoud Khalil, acusado de terrorismo por presuntamente defender a Hamás, cuyo proyecto de deportación provocó recientemente una serie de marchas en Nueva York.
Por último, es importante señalar que la Ley de Enemigos Extranjeros no se ha aplicado desde la Segunda Guerra Mundial, periodo durante el cual fue utilizada para detener a ciudadanos estadounidenses de ascendencia japonesa, situación históricamente reconocida como un episodio de discriminación racial en Estados Unidos.