
El 22 de abril la candidata presidencial Claudia Sheinbaum fue detenida por un grupo de encapuchados en el estado de Chiapas. Los hechos ocurrieron en el municipio de Motozintla, donde Sheinbaum se encontraba realizando actividades de proselitismo. Según reportes de testigos presenciales, un grupo de individuos encapuchados interceptó el vehículo en el que se trasladaba la candidata, bloqueando el paso y obligando a detenerse al convoy. Acto seguido, procedieron a sacar a Sheinbaum del vehículo, manteniendo su rostro cubierto y sin mediar palabra alguna.
Esta situación ha generado un revuelo nacional, avivando las tensiones políticas en el país en medio de la contienda electoral. Diversos sectores han expresado su preocupación por lo que parece ser una escalada de la violencia política, que podría tener repercusiones significativas en el proceso electoral. Previo a este incidente, Sheinbaum había sido objeto de polémica tras la difusión de un video en el que se le observa hablando con individuos en un retén en Chiapas. El contenido y contexto de esta conversación han sido motivo de especulación y debate, alimentando aún más la controversia en torno a la candidata.
Por su parte, los pobladores de Motozintla, Chiapas, han expresado su rechazo a estos actos violentos. En un comunicado emitido por la comunidad, se lee: “Se le repite a la futura presidenta de la república: esto no es un montaje”. Este mensaje parece apuntar a las teorías que sugieren que el incidente podría ser una maniobra orquestada para generar simpatía hacia la candidata. Las autoridades locales han iniciado una investigación para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades correspondientes. Mientras tanto, el incidente ha reavivado el debate sobre la seguridad en las campañas electorales y la necesidad de garantizar un ambiente libre de violencia y coacción para el ejercicio democrático en el país.