La Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI) ha confirmado la muerte de Craig Robertson, residente en Utah de 74 años, durante el intento de entregarle una orden de detención por haber proferido múltiples amenazas “verosímiles” contra el presidente Joe Biden y otros cargos gubernamentales del ala demócrata.
El incidente se produjo justo un día antes de la visita prevista del Presidente Biden al estado. Dos agentes del FBI se personaron en el domicilio de Robertson, en Utah, para ejecutar una orden de registro y detención contra él por tres delitos graves. Según los informes, Robertson iba presuntamente armado, lo que pudo provocar un tiroteo entre los agentes que acabó con su muerte.
Los fiscales federales afirman que Robertson publicó mensajes en Internet en los que hacía referencia a un “asesinato presidencial o dos” y que estaba preparando un traje de caza y un rifle de francotirador M24 para la llegada de Biden a Utah. También publicó fotos de armas de fuego en sus redes sociales para que todo el mundo las viera.
El FBI ha abierto una investigación interna para aclarar los detalles del suceso. Esta tragedia se ha convertido en objeto de debate, ya que algunos de los vecinos de Robertson que le conocían se han preguntado si era en realidad una amenaza real o simplemente un anciano frágil. Los informes dicen que era un autoproclamado ávido partidario del ex presidente Donald Trump, y había expresado su ira en línea contra varios actores judiciales involucrados en casos federales pendientes contra el ex presidente.
El presidente Biden ha sido informado de la tragedia, aunque todavía no ha hecho ninguna declaración pública al respecto.
La muerte de Craig Robertson ha suscitado muchos interrogantes sobre el poder del FBI en cuanto a su uso de la fuerza, así como sobre la importancia de tomarse en serio las amenazas creíbles de violencia. La tragedia, y sus consecuencias, tendrán sin duda implicaciones en la política y los procesos de seguridad estadounidenses de cara al futuro.
Con información de AP