Tras años de agitación política e inestabilidad económica, Argentina ha iniciado una nueva era con la toma de posesión del Presidente Javier Milei. Pocas horas después de asumir el cargo, Milei firmó un decreto para reducir de 18 a 9 el número de ministerios del país, cumpliendo así una de sus principales promesas electorales.
El decreto, firmado en el edificio del Congreso argentino ante una multitud de partidarios, supone un paso significativo hacia un gobierno más pequeño y eficaz. Con la eliminación de redundancias y la consolidación de ministerios, el Presidente Milei pretende crear una administración más racionalizada y ágil que pueda servir mejor a las necesidades de la gente.
Los nuevos ministerios son los de Seguridad, Justicia, Economía, Asuntos Exteriores, Interior, Sanidad y Defensa. En particular, la ex ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, ha sido nombrada titular del Ministerio de Seguridad, mientras que el ex ministro de Finanzas, Luis Caputo, dirigirá el Ministerio de Economía.
Este cambio no sólo afectará a los ministerios mencionados, sino que unificará varias carteras en una, como Transporte, Obras Públicas, Minería, Energía y Comunicaciones, y otras como Desarrollo Social, Salud, Trabajo y Educación. Asimismo, el Ministerio de Cultura pasará a ser una Secretaría, aunque aún se desconoce si dependerá de la Jefatura de Gabinete o de la Secretaría General de la Presidencia.
Esta medida ha sido recibida con elogios y críticas por parte de la opinión pública. Los partidarios de la política de Milei la consideran un paso crucial hacia un gobierno más funcional que pueda abordar con eficacia los problemas acuciantes del país. Creen que la reducción del número de ministerios supondrá un ahorro de costes, una mejor asignación de recursos y, en definitiva, un gobierno más productivo.
Sin embargo, preocupa la posible pérdida de puestos de trabajo y los efectos de la consolidación de los ministerios. El Presidente Milei ha asegurado a la opinión pública que no se perderán puestos de trabajo en el proceso, sino que se reestructurarán los recursos para promover un funcionamiento más eficiente. Además, algunos han expresado dudas sobre cómo afectará esta nueva estructura a la capacidad del gobierno para abordar asuntos complejos y diversos.
Los cambios en la estructura del gobierno también reflejan el enfoque poco ortodoxo de la política de Milei. A diferencia de los políticos tradicionales, se basa en gran medida en su formación como economista libertario para orientar su toma de decisiones. Su filosofía de “menos es más” ha calado en muchos argentinos, cansados de la corrupción y las disfunciones que han plagado el gobierno del país durante décadas.
Ahora que Argentina se encamina hacia una nueva era de gobierno, todas las miradas estarán puestas en Milei y su administración para ver si su visión de un gobierno más pequeño y funcional logra el cambio que el país necesita desesperadamente.