El incendio de York ya ha calcinado más de 31.000 hectáreas de la Reserva Nacional de Mojave, en California, desatando “torbellinos de fuego” que han supuesto una grave amenaza para la biodiversidad de la región.
La reserva alberga muchas especies de tortugas, zorros, linces y, por supuesto, árboles de Josué, increíblemente vulnerables a las llamas. Esto ha hecho temer por el bienestar de las miles de tortugas del desierto amenazadas, junto con unas 200 plantas raras, muchas de las cuales tardan siglos en recuperarse tras su destrucción. El año pasado, el incendio de Dome quemó 1,3 millones de árboles de Josué en la Reserva Nacional de Mojave, más del 13% de la población. Ahora los bomberos temen que la historia esté a punto de repetirse en la región, mientras luchan por contener las llamas fuera de control.
Unos 250 bomberos se encuentran actualmente en el lugar de los hechos, aunque el incendio ya ha cruzado la frontera estatal e invadido la vecina Nevada. Hasta el martes por la noche, el fuego había consumido el 23% del terreno afectado, y los bomberos informaron de que una breve lluvia había reducido su propagación. Para empeorar las cosas, una profunda ola de calor se ha apoderado del suroeste de Estados Unidos, elevando las temperaturas en Phoenix (Arizona) por encima de los 43°C durante 31 días consecutivos y batiendo récords en Las Vegas (Nevada).
Estas condiciones no han hecho sino intensificar el incendio, que podría tener consecuencias medioambientales de gran alcance si no se extingue pronto. Las carreteras de la zona están cortadas, pero de momento no se han emitido órdenes de evacuación. El humo del incendio ha llegado incluso al sur de Utah.
El incendio de York ya ha causado una enorme destrucción y, si no se hace nada para detenerlo pronto, podría causar una devastación aún mayor en la Reserva Natural de Mojave. Con su vibrante biodiversidad, la región se merece algo mejor, y los bomberos están haciendo todo lo posible para que todos podamos seguir disfrutando de ella.
Con información de AP