Santa Ana California y su subterfugio de poder chicano – quien fue Peter Ojeda?

Dentro de las cárceles de California existen distintas bandas de convictos que operan como gobiernos de las economías delictivas. Estos individuos y entidades han hecho de limones limonada. Millones de dólares se generan bajo dos premisas muy básicas y astutas:

1) Los criminales van a la cárcel y se vuelven convictos sujetos a las reglas de los mismos prisioneros. En particular, los que esten mejor organizados.

2) La droga se vende como pan caliente dentro y afuera de las carceles.

Individuos que por herencia, costumbre o simplemente por decisión al no existir oportunidades para llegar a la clase media sin delinquir han optado por profesionalizarse en actividades clandestinas e ilegales.

En Santa Ana, California, el señor que mantuvo el control y aseguró que un solo mando de la eme controlara el negocio de traslado y narcomenudeo de droga fue Peter Ojeda.

Ante la ineptitud de las autoridades, lo mejor que puede hacer la comunidad es hacerse a un lado mientras estas disputas se resuelven.

Ojeda y su legado

Peter Jess Ojeda nació el 12 de abril de 1942 y creció con tres hermanos bajo la crianza de su padre, Peter H. Ojeda, un obrero de la construcción, y su madre, Lucy, una ama de casa.
Abandonó la escuela después del onceavo grado y, según la policía de Santa Ana, se involucró con la pandilla callejera Second Street Sharks. El grupo se alineó con la F-Troop, la pandilla más grande del condado de Orange.

En la decada de los 60, Ojeda fue arrestado numerosas veces por posesión de narcóticos y cumplió su primera condena conocida en la prisión en 1965 cuando fue condenado por contrabando de heroína.
Mientras estaba en prisión, Ojeda se convirtió en un miembro de la Mafia Mexicana, una organizacion carcelaria de California fundada por reclusos Chicanos a mediados de la década de 1950. En este sentido, Ojeda era un representante de las reglas tradicionales que no distinguen entre la “Eme” en carcel federal o estatal.
Cuando Ojeda fue liberado de su tercera condena en prisión, cumplida por intento de asesinato y asalto con un arma mortal, en 1987, había ascendido en las filas para convertirse en uno de los principales jefes de la Mafia Mexicana, según la policía. De acuerdo a varios testimonios de miembros del Sur-13, la mesa directiva de la Mafia Mexicana le dio a Ojeda el control sobre el condado de Orange cuando fue liberado. Es decir, Ojeda era el único señor de Orange County lo que probablemente mantuvo una relativa paz en comparision con los condados de Los Angeles y San Bernardino.

La Paz Santanera

De acuerdo al reverendo Jaime Soto, obispo auxiliar de la Diócesis de Orange, los conflictos entre pandillas y sus liderazgos era constante.
“Casi todos los fines de semana en la parroquia, habría tiroteos y disparos”, dijo Soto. “Sabías que todos los viernes y sábados por la noche habría problemas” hasta que conoció a Pete Ojeda.
“Tuve la oportunidad de hablar con él sobre lo que se podía hacer para detener la violencia”, dijo Soto. “Sé que hay quienes cuestionan sus motivos, pero en lo que a mí respecta, creo que era sincero y quería frenar estos tiroteos indiscriminados”.
Ojeda y el exmiembro de la F-Troop, Art Romo, establecieron el Consejo de Pandillas Unidas y comenzaron a reunir a miembros de pandillas de todo el condado de Orange. La organización se reunía en parques e iglesias. Eventualmente, en agosto de 1992, más de 1,000 jóvenes de 50 pandillas se reunieron en el parque El Salvador en Santa Ana para firmar un tratado de paz. En esa reunión, Ojeda dijo: “Espera, compadre… Tiene que parar en algún lugar”.
Soto dice que los miembros de las pandillas respondieron porque fueron convocados por Ojeda.
“La tregua de pandillas funcionaba mientras Pete estaba involucrado. Todos los miembros de las pandillas respetaban a Ojeda.

Mandato de la Eme

Ojeda opero como el unico miembro de la Eme en la zona de Orange County por decadas aunque entre el 2016 y 2018 hubo una serie de conflictos internos que contribuirian a que ahora el condado sea disputado:

Es este último detalle el que deberían considerar las comunidades, los miembros de pandillas y las autoridades. Aquellos que delinquen con violencia y fuerza brutal deberían ser penalizados de una forma más contundente que aquellos que operan con discreción y fuerza intelectual.

Desafortunadamente, el Sr. Ojeda falleció en una cárcel federal y aún así mantenía el control de las pandillas en la ciudad de Santa Ana y en general en Orange County. ¿Qué pasará ahora que hay más miembros de la Eme operando por las mismas vías económicas pero con menos rentabilidad? Obviamente, habrá más violencia y aquellos que deberían ser penalizados son los que sean más sanguinarios por su falta de consideración hacia la vida pública.