Un turista estadounidense, identificado como Mykhailo Viktorovych Polyakov, fue arrestado por las autoridades indias tras intentar establecer contacto con la tribu aislada de los sentineleses en la isla Sentinel del Norte, ubicada en el Océano Índico. El incidente, ocurrido a principios de esta semana, puso en relieve las crecientes amenazas que enfrentan estas comunidades, tanto por turistas como por los cada vez más frecuentes intentos de contacto motivados por las redes sociales.
De acuerdo con los reportes oficiales, Polyakov, de 24 años, violó las estrictas leyes que prohíben a los extranjeros acercarse a menos de cinco kilómetros de la isla. Esta normativa se estableció para proteger a los sentineleses, quienes han vivido en aislamiento durante siglos. Se presume que el joven intentó atraer la atención de la tribu usando un silbato y, posteriormente, desembarcó durante unos cinco minutos, dejando varios objetos en la orilla, entre ellos una lata de refresco. También registró su incursión en video.
Posteriormente, el jefe de policía de las islas Andamán y Nicobar, HGS Dhaliwal, detalló que el arresto se llevó a cabo tras analizar el contenido grabado en su cámara GoPro, donde quedó registrada su entrada ilegal a la isla.
Cabe señalar que la legislación india prohíbe expresamente acercarse a la isla sin autorización, dada la vulnerabilidad de los sentineleses frente a enfermedades externas para las que no poseen defensas inmunológicas. Esta normativa busca no sólo preservar su salud, sino también su estilo de vida ancestral.
Al respecto, la organización Survival International, defensora de los derechos de los pueblos indígenas, condenó las acciones de Polyakov, calificándolas como “profundamente perturbadoras”. Por su parte, Jonathan Mazower, portavoz de dicha entidad, advirtió que este tipo de comportamientos refleja una tendencia preocupante entre ciertos influencers, quienes promueven viajes de alto riesgo en busca de atención mediática. Esta exposición, advirtió, pone en peligro a comunidades enteras que han optado por mantenerse al margen del mundo exterior.
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Como consecuencia de sus actos, Polyakov permanece en prisión preventiva, mientras es interrogado por las autoridades locales. Durante sus declaraciones, afirmó ser un “buscador de emociones” y admitió haber intentado llegar a la isla en dos ocasiones anteriores, una de ellas a bordo de un kayak inflable. Sin embargo, en esta última ocasión fue interceptado por el personal de un hotel cercano antes de que pudiera repetir la travesía.
Este episodio reabrió el debate sobre la protección de las tribus no contactadas, expuestas tanto a amenazas sanitarias como a impactos socioculturales. En ese sentido, Survival International reiteró que las visitas de turistas y aventureros representan un riesgo constante para la supervivencia de los sentineleses. Mazower también destacó la creciente fascinación en redes sociales por estas comunidades, lo cual ha llevado al incremento de situaciones como la protagonizada por Polyakov. La organización subraya que esta búsqueda de popularidad puede desencadenar consecuencias irreversibles.
Un antecedente que ilustra estos peligros ocurrió en 2018, cuando el misionero estadounidense John Allen Chau fue asesinado por los sentineleses al intentar contactarlos. El joven, de 27 años, habría pagado a pescadores locales para que lo llevaran hasta la isla, donde fue atacado con arcos y flechas, en un trágico desenlace que evidenció los riesgos de vulnerar el aislamiento de estos pueblos.
En cuanto a la situación actual de los sentineleses, se dispone de muy poca información debido a su firme decisión de permanecer aislados. Según Survival International, se trata de un grupo de cazadores-recolectores que vive en pequeños asentamientos y evita cualquier tipo de contacto con el exterior. Se estima que su población no supera las 200 personas, aunque no existen datos precisos por la dificultad de acceso a la isla.
Por último, las autoridades indias reiteraron la importancia de respetar las leyes que protegen a estas comunidades. Dichas regulaciones no solo buscan evitar contagios y amenazas externas, sino también garantizar su derecho a vivir en aislamiento, tal como lo establece el Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la ONU.