Photo: WeWork

Una vez aclamada como una fuerza revolucionaria en la industria del coworking, WeWork ha visto cómo su suerte ha cambiado drásticamente en el último año. En 2019, la startup estaba valorada en 47.000 millones de dólares y era la comidilla del mundo de las startups. Sin embargo, plagada de problemas financieros, inestabilidad ejecutiva y los efectos de una pandemia global, WeWork se encuentra ahora en una posición precaria, con dudas sustanciales sobre su estabilidad futura.

Las pérdidas que ha sufrido la empresa han sido graves. Desde su oferta pública en 2020, el precio de las acciones de la empresa se ha desplomado, pasando de 9,81 dólares a solo 0,13 dólares ayer, una caída de más del 36%. En el primer semestre de 2021, perdió 696 millones de dólares, mientras que los ingresos solo aumentaron un 7%. Los malos resultados son aún más preocupantes si se tiene en cuenta que la empresa había reestructurado recientemente su deuda en mayo. Para tratar de atajar el problema, WeWork ha propuesto recortar costes, aumentar las ventas, emitir deuda y vender activos.

La empresa en apuros también se vio sacudida por una crisis de liderazgo en 2019, cuando se revelaron los cuestionables hábitos de gasto del fundador Adam Neumann, lo que llevó a su destitución. Aunque Sandeep Mathrani ocupó su lugar, no pudo capear el temporal y abandonó la empresa en mayo de 2021. Actualmente, David Tolley ejerce como CEO interino, con la responsabilidad de encontrar un candidato que revierta la suerte de la empresa.

El colapso de WeWork ha sido una caída notable para una empresa que una vez fue el brindis de Silicon Valley. La supervivencia de la empresa es esencial, no sólo para sus propios empleados, sino para cientos de miles de personas que confían en su espacio de trabajo colaborativo. Queda por ver si el gigante del coworking será capaz de revertir su suerte.

Con información de Reuters

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