CHICAGO – El reciente asesinato de Adriana Arocha Duque, inmigrante venezolana y conductora de Lyft, ha desatado la indignación y renovado las peticiones de medidas de seguridad en el sector de los viajes compartidos. Arocha Duque, de 34 años, que había solicitado asilo en Estados Unidos, recibió un disparo mortal el 26 de diciembre mientras conducía para el popular servicio de transporte compartido.
Según su familia, Arocha Duque se trasladó a Estados Unidos en busca de un futuro mejor y vivía sola con su perro. Trabajaba como conductora de Lyft para ganar un dinero extra. Su cuñado, Jhonny Chacón, pidió justicia para la víctima, señalando que este no ha sido el único caso de violencia en la misma zona este mes.
El Departamento de Policía de Chicago informó de que Arocha Duque llevaba a dos pasajeros al barrio de Austin cuando se produjo el tiroteo. Su vehículo apareció estrellado en las inmediaciones, con ella en el asiento del conductor, herida de muerte. A pesar de ser trasladada de urgencia al hospital, fue declarada muerta a su llegada. Los testigos oyeron disparos y la videovigilancia captó a cuatro individuos huyendo del vehículo de Arocha-Duque, lo que hizo sospechar a la policía de un posible robo.
Lyft issued a statement expressing its condolences and promising to help with the investigation. This sad incident not only reflects the problem of gun violence in Chicago, but also the vulnerability of immigrants who come to the United States seeking a better life.
As the search for the killer continues, family and friends mourn the loss of a hardworking and beloved woman. In the midst of grief, her family calls for justice and action to prevent future tragedies like this one.