Un avión militar ruso que transportaba a 65 prisioneros de guerra ucranianos se estrelló en la región rusa de Belgorod, sin que se reportaran sobrevivientes. El accidente ocurrió durante un intercambio de prisioneros planificado entre los dos países, lo que tensó aún más las relaciones entre Rusia y Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, el avión supuestamente fue derribado por misiles disparados desde la región ucraniana de Kharkiv, lo que provocó la muerte no sólo de los prisioneros sino también de seis miembros de la tripulación y tres acompañantes. Las autoridades rusas han condenado el incidente como un “acto terrorista” y han acusado a Ucrania de ser responsable.
Tanto Ucrania como los separatistas respaldados por Rusia que controlan Donetsk han negado su participación en el accidente. El Defensor del Pueblo de Ucrania, Dmitro Lubinets, está investigando el asunto y ha instado a los medios de comunicación a abstenerse de difundir noticias falsas.
La región de Belgorod, que limita con Ucrania, ha sido testigo de violencia y ataques aéreos continuos en medio del conflicto actual entre los dos países. En diciembre, 25 civiles murieron y más de 100 resultaron heridos en un ataque aéreo, que Ucrania atribuyó a las defensas aéreas rusas.
A raíz de este trágico suceso, se ha declarado una alerta aérea en toda Ucrania. Las autoridades rusas también han afirmado que un segundo avión que transportaba a 80 prisioneros ucranianos fue desviado, lo que arroja dudas sobre posibles futuros intercambios de prisioneros.
Dado que las tensiones ya son altas entre Rusia y Ucrania, este incidente sólo aumentará las tensas relaciones entre los dos países. Mientras continúan las investigaciones sobre la causa del accidente, persisten dudas sobre las circunstancias que rodearon la trágica muerte de estos prisioneros de guerra.
Con información de BBC News