El coronel Óscar Dávila, hasta hace poco jefe de la oficina de seguridad anticipada de la Presidencia de Colombia, fue hallado sin vida el pasado viernes 9 de junio, horas después de haber pagado 50 millones de pesos (unos 12.000 dólares) como anticipo de su defensa legal. El policía de 51 años había sido el centro de atención por su participación en el robo de un maletín con varios miles de dólares de la casa de la exjefa de Gabinete, Laura Sarabia.
La Fiscalía venía investigando a Dávila por su papel en el caso. Según Miguel Ángel del Río, un abogado cercano al petrismo a quien Dávila había pedido para ser su abogado defensor, el costo de la defensa fue entre 300 y 500 millones de pesos. Del Río había accedido a hacer una rebaja por la trascendencia del caso. El 2 de junio, el policía había expresado su disposición a contribuir con la investigación, en una carta presentada el lunes 5 de junio al fiscal general, Francisco Barbosa.
Es probable que Dávila se quitara la vida, como lo sugirieron el ministro de Defensa Iván Velásquez, el abogado Del Río y el presidente Petro. Sin embargo, Del Río señaló que “no tendría sentido” que alguien que aspira a acabar con su vida decida buscar un abogado en las horas previas. Él cree que algo sucedió el viernes que hizo que la policía decidiera quitarle la vida.
Medicina Legal aún no ha dado a conocer los resultados de la autopsia y los motivos de la muerte de Dávila siguen siendo un misterio. Del Río ha anunciado que no acudirá a la Fiscalía tras recibir una citación, y ha preferido enviar una carta que hizo pública en la que explica su corta relación con Dávila. A continuación, Colombia lamenta la pérdida de Óscar Dávila.