El reciente aumento de la violencia contra los miembros de la prensa en México es un alarmante recordatorio de que México sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo. Sólo en el primer semestre de este año, cinco periodistas han sido asesinados, según los medios de comunicación, lo que indica una lista cada vez mayor de ataques contra la libertad de prensa.

El 15 de julio, Nelson Matus Peña, director del portal de noticias mexicano Lo Real de Guerrero, fue asesinado a tiros en plena calle, en la colonia Emiliano Zapata de Acapulco. Los informes indican que Matus Peña había sido víctima de un atentado en 2019, en el que recibió disparos pero no resultó herido. El 8 de julio Luis Martín Sánchez Iñiguez, corresponsal del periódico nacional La Jornada, fue encontrado muerto con signos de violencia acompañado de dos cartulinas con una leyenda escrita a mano. En mayo, Marco Aurelio Ramírez Hernández, otro periodista, fue asesinado a balazos frente a su domicilio en el municipio de Tehuacán, Puebla.

Con estos últimos ataques, la cifra de periodistas asesinados en México desde el año 2000 asciende a más de 150, según la organización Artículo 19. De hecho, 2017 y 2022 fueron los años más mortíferos para el periodismo en el país, solo superados por Ucrania. El empeoramiento del historial de derechos en México es motivo de urgencia entre la comunidad internacional, sin embargo, la violencia contra los periodistas sigue quedando en gran medida impune.

Ante tal violencia, Reporteros sin Fronteras (RSF) ha instado a las autoridades mexicanas a tomar medidas inmediatas, señalando que la ola de violencia contra la prensa en el país está “golpeando como un tsunami”. Familiares y compañeros periodistas han organizado múltiples protestas para llamar la atención sobre su situación y exigir justicia por la pérdida de sus seres queridos.

El dilema de la libertad de prensa en México no se arregla con meras palabras, sino con acciones concretas. Es hora de que las autoridades mexicanas actúen con rapidez y decisión para garantizar la seguridad de los periodistas en el país, comenzando por investigaciones adecuadas y completas sobre los continuos asesinatos de periodistas en el país.