By Natalia Rueda El gigante de las oficinas compartidas WeWork se declaró en quiebra el 6 de noviembre, con una deuda de casi 19.000 millones de dólares.
En un giro sorprendente de los acontecimientos, el gigante de los espacios de trabajo compartido WeWork se ha declarado en quiebra tras meses de dificultades financieras y agitación en su cúpula directiva. La empresa, que llegó a ostentar una valoración de 47.000 millones de dólares, anunció el lunes que había suscrito un Acuerdo de Apoyo a la Reestructuración con sus acreedores para reducir su abultada deuda y reorganizar sus operaciones.
Los efectos de la pandemia de COVID-19 han pasado factura con un cambio repentino hacia el teletrabajo y el distanciamiento social, la demanda de espacios de co-working se desplomó.
WeWork anunció su decisión de acogerse al Capítulo 11 de protección por quiebra de la ley de Nueva Jersey, declarando activos por valor de 15.000 millones de dólares. Ahora se somete a una importante reestructuración en un intento de enderezar su rumbo. Esto incluye una mayor racionalización de su cartera de arrendamiento de oficinas y centrarse en la continuidad del negocio para sus operaciones globales.
En un comunicado, el ex CEO Neumann expresó su decepción por la caída de la empresa, pero mantiene la esperanza de que, con la estrategia y el liderazgo adecuados, WeWork pueda salir con éxito de este período de prueba. La declaración de quiebra no afectará a las franquicias de la empresa fuera de EE.UU. y Canadá, y espera continuar con sus operaciones globales.
Con información de La República