La crisis económica y social que dejará el Covid-19 en el país podrían reflejarse en que 140 mil niños, niñas y adolescentes se sumen al trabajo infantil, alertó la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Esta población se integrará a los 2.1 millones de niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años que ya se cuentan entre la posblación económicamente activa del país y donde 73.2% son niños y 26.8% son niñas.
En el marco del Día Internacional de la Lucha Contra el Trabajo Infantil —que se conmemora esta 12 de junio— las organizaciones advirtieron que en periodos de crisis, los niños y las niñas suelen pasar desapercibidos, su bienestar es opacado por otras prioridades y muchas veces sus derechos se ven amenazados.
En el análisis sobre “Efectos de la pandemia por la Covid-19 sobre el trabajo infantil en México, Perú y Costa Rica”, se advierte que los impactos económicos de la crisis podrían tener un efecto regresivo con respecto a los avances obtenidos en la reducción del trabajo infantil y en particular de las modalidades de trabajo peligroso, que concentran la mayor cantidad de niños, niñas y adolescentes en esta situación.
Si bien el trabajo infantil ha disminuido a nivel mundial en 94 millones desde 2000, una mejora que ahora podría verse amenazada, reflejándose en jornadas más largas y en peores condiciones. Muchos de ellos podrían verse obligados a realizar las peores formas de trabajo, lo que causaría un daño significativo a su salud y a su seguridad.
En el caso específico de de México, se prevé que en 2020 el PIB tenga un decrecimiento de 4% según el Banco de México y una pérdida de empleos formales e informales que ya se está viendo reflejada en un menor dinamismo del empleo registrado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Teniendo en cuenta que 56.2% de los trabajadores son informales, se observa que la tasa de trabajo infantil para cada una de las 32 entidades federativas tiene una relación negativa. Es decir, que a mayor ingreso per cápita, hay una tasa más baja de trabajo infantil.
En este contexto, adoptar acciones puntuales y focalizadas en los grupos poblacionales con mayor vulnerabilidad, podría evitar un incremento de 148 mil niños niñas y adolescentes a la tasa de trabajo infantil, lo que representa alrededor de 0,4%.
Este dato implicaría un retroceso de dos años en los esfuerzos de reducción de trabajo infantil en el páís.